Ritmo incesante, concierto
silbando entre la mudez estacional.
Lunes de agonía en la urbe,
seres languideciendo en el subterráneo
sin coros, en concierto de miradas.
Ventana al infierno,
monstruos de saco
respiran desganados
al grito de sus corbatas.
Escaleras
a la desgastante mañana
de calles que corren,
vetustas como trigo
en carreras humeantes
hacia el grano, hacia el pan..
Lento ascenso
fatídico,
laborioso encanto
de escalar para vivir en pie
para ser cortado y triturado..
cuantos soles han pasado
sin percatarse la bestia
del tiempo que visita y cosecha
a la sazón de la vida,
discursos y rutinas pasadas,
cual pastor invisible
gobierna sin anuncios ni promesas.
-escrito originalmente en marzo de 2003-
No hay comentarios:
Publicar un comentario